Cuatro piezas inéditas

Román Villalobos

De su libro inédito Filos, Román Villalobos nos comparte estos 4 textos de una polifonía cargada de imágenes y ritmos sugestivos.


Román Villalobos - PUÑO DE JORDI

«Decir que Delia aborta y tiene paz»,

«que no hay espera que no genere un desangrar de ánimos, hasta la marca en las paredes»,

«que el sol sale y corta en millares la neblina, etcétera»,

Son nacidos perdedores y perdiendo se mueren. Y la generación nacida en un manojo de flores acuáticas, en un coral que se quedó muerto a medias de su promesa. La más clara. Después de 1980, ¿qué va a andar quedando? ¿Quién se estaciona luego de esos años?

«Sin empleo, sin jurar palabras, sin nada, y hay quienes toman algo de la mano y lo llevan hasta la última consecuencia»,

«decir que no son solos, que la vida es frágil».


Román Villalobos - TODA LA PRENSA

Cortar las naves, nunca más quemarlas. Admirar el corte de la piel.     1. Esperando para ser críticos, para abrazar posturas paralelas. Esperando para diluir la mirada del testigo en sitios donde esté censurada la promesa.                                 2. Breves titulares de prensa no actualizados.                                                                             3. Rostros diseñados por el sueño. La misma palabra en todas las primeras veces.

 «Ningún amor deja un ácido en los huesos»,

«sólo promesas de alcalinidad».

En sus maniobras de giro, el hombre desollado se enreda en el girar.

4. Ven la nota de la tierra entrando a la carne,


Román Villalobos - JORDI

Niños que estallan. De ellos, ¿qué les queda? Como recuerdo, las rosas de Sarajevo. Una resina que no absorbe «ese milagro ácido de la risa»,

«“entre el público y sus celulares de mierda”, reza un titular en el futuro»,

Una nota que alguien va a tomar por tomadura de pelo, «y se vuelve escasa la agonía en el centro de la carne».

¿Ningún pájaro de cuerda abandona su camino? Equivale a hacer preguntas de las horas contadas. Es suave usar el teléfono para lo que es. Y es suave, de igual modo, dar un giro al tono de la muerte con una llamada.

No es posible la consunción de nuestro ánimo en las horas restantes. La consunción, lo corrupto, la duda que es marca de un inventario urbano. Llamadas, contestaciones, asistencias, sensibles diferencias en términos de velocidades y búsquedas.

La estancia alejada del boom. La determinación del accidente, «esta sangre que se ve correr sin júbilo, la sangre de la culpa», la sangre que no abre sus poros,

«en aquel páramo, en el único», «ahí donde nunca se ubican las heladas».


Román Villalobos - AMOR

Dices: agarra al tiempo, araña,

pero no le hagas daño.

Es la diversión de los espectadores.

Cuentan que una pareja se abraza durante el espectáculo de todas las noches.

Es su última opinión sobre la espera. Todo el tiempo. Unas ventanas que no tienen más preguntas y, sin paciencia, se dejan vencer.

«Quise escribirte una carta»,

«una mañana me levanté para escribirte una carta,

todavía era temprano y me levanté, en penumbras,

con la intención de escribir una carta»,

«adivina una carta que fuera para ti, y sentirla,

que hable de la sangre y de los huesos»,

«para no decepcionarte».


Román Villalobos - poemas

Román Villalobos (Lagos de Moreno, 1991)

Autor de los libros de poesía Pequeña ciudad eléctrica (Montea, 2016), john lurie: outside forever (Broken English, 2018), Si el mundo no se acaba lo termino yo (Perniciosa, 2018), Final del rey (Ediciones O, 2018), Sutra del vagón (CULagos, 2019) y El primer paso para llegar afuera es verse afuera (Perniciosa, de próxima publicación). Becario del PECDA, emisión 2017-2018.

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